En un viaje en avión, no siempre podemos o queremos facturar maletas, ya que esto tiene un coste extra, o a veces no es necesario, ya que la ropa o los objetos que queremos llevar a nuestro viaje no ocupan demasiado espacio. Prácticamente todas las aerolíneas permiten llevar una maleta de cabina por persona, en la que podemos transportar estas cosas. Una maleta de cabina es una maleta de viaje que tiene unas dimensiones concretas permitidas por la mayoría de las aerolíneas comerciales para ser llevada en la cabina del avión. Si vamos a hacer un viaje en el que vamos a facturar una maleta más grande, las maletas de cabina también son prácticas para llevarlas como extra y guardar en ellas los enseres que podamos necesitar durante el trayecto.
Estas maletas, por tanto, tienen que tener unas medidas máximas específicas aptas para viajar con cualquier compañía. Estas medidas generalmente son 55x40x20. Comprando una maleta que cumpla este requisito nos aseguraremos de que nos servirá tanto para compañías low cost como para el resto.
Existen varios tipos de maletas de cabina: tipo trolley, bolsa de mano, mochila, portatrajes, etc.
Otras características que debemos buscar en las maletas de cabina
Resistencia. Al no tener que facturar el equipaje que llevaremos en cabina, normalmente pasa todo el tiempo de espera y con nosotros, dando vueltas por la terminal de aeropuerto para acá y para allá. Subimos por las escaleras mecánicas, las dejamos en el suelo, ponemos cosas encima… Así que suelen acabar sufriendo bastante. Por ello, has de fijarte en la calidad del material del cuerpo de la maleta; y, si las tienen, también debes centrarte en la calidad de las ruedas, ya que estas soportan todo el peso de la maleta y, además, sufren todo tipo de rozaduras con distintos materiales. Unas ruedas resistentes y bien acopladas nos ayudarán a desplazarnos más rápidamente y con menos esfuerzo para nuestra espalda, ya que se deslizan de manera suave. Estas maletas resistentes y de calidad parecerán nuevas durante años y podremos seguir usándolas durante mucho tiempo y sin problemas.
Otra de las características principales que tiene que tener una buena maleta es la ligereza, ya que, además de esas medidas de las que hablábamos, las compañías suelen también tener establecido un peso máximo para las maletas de cabina (habitualmente, 10 kg). Por ello, te recomendamos que tu maleta no pese demasiado. Una maleta pesada superaría esos 10 kg tan solo con solo meter algunas cosas. Por el contrario, una maleta ligera nos permite llevar en ella mucho más equipaje y no superar el peso máximo permitido. A esto has de añadir también que su volumen (que se suele medir en litros) sea suficiente, ya que, aunque exteriormente las medidas sean las mismas; en su interior, algunas maletas tienen una estructura grande que reduce el espacio interior. Nuestras maletas tienen una gran capacidad interior, lo que, añadido a su ligero peso, hace que sean unas maletas muy prácticas y que te conviene comprar.
Siempre viene bien que, en su interior, las maletas cuenten con algún bolsillo extra para guardar objetos más pequeños y que estén localizables. También es positivo que dispongan de gomas o cintas para la sujeción del equipaje. Si llevamos ropa, evitarán que esta se arrugue demasiado; y, si transportamos otras cosas, irán sujetas y no sufrirán golpes o desperfectos, sino que se mantendrán organizadas.
Las maletas de cabina al fin y al cabo, también pueden verse como un complemento a nuestro aspecto y estilo, por lo que un buen diseño exterior es algo importante en lo que fijarnos. Y es que una buena maleta con un diseño acorde a nuestro estilo nos hará sentirnos más seguros y estilosos.